miércoles, 30 de mayo de 2012

De cómo el sueño se tornó pesadilla

El tiempo ha pasado, lento pero inexorable, desde aquel día en que desesperábamos a la puerta de la empresa de exportación. Algunos (casi todos) saben ya qué pasó, sea por facebook o por haberme visto en persona, pero quizas no tantos saben el cómo. He aquí un resumen:

Apenas 5  minutos después de mi último post en directo, Mauro salía visiblemente decepcionado del edificio. Sus palabras revelaban lo que su careto de desesperación presagiaba: "No way". No hay manera. Necesitamos una serie de permisos para las motos que en la práctica son imposibles de conseguir, a saber: certificado del departamento de turismo chino, del departamento de seguridad nacional, y del departamento de industria.

A la desesperada nos vamos al edificio que vi en la frontera, que decía "agente de aduanas". Esperando, o ya ni eso, el milagro de un "conseguidor" en el último suspiro. Allí nos dicen más de lo mismo.

Al salir de la frontera por enésima vez, hablamos con unos tipos que por allí pululan, con dudosa pinta, que nos explican que antiguamente se podía cruzar, pero que como había mucho contrabando de vehículos empezaron a endurecer la normativa. Los tipos nos cuentan que ellos gestionan el paso de chinos al otro lado, estos aparcan sus coches allí donde estamos, se suben al jeep con matrícula de Mongolia, y pasan. Después y en la ciudad homóloga al lado mongol de la frontera, suben a otro destartalado jeep que les trae de vuelta.

Nos insisten en que hagamos como ellos y dejemos las motos aquí, y tras no pocas veces de explicar el plan de cruzar Mongolia de lado a lado, nos repiten la misma cantinela de lo mafan que es hacer los papeles de la moto. Al final nos intentan convencer de que nos pasan con la moto escondida entre las cajas. Y nos piden un montón de pasta, cambiando en unos minutos de opinión para pedir aún más pasta.

Decimos que vamos a por el equipaje y que ahora volvemos, y nos vamos a recoger las cosas al hotel. Mediodía ya pasó y nuestra paciencia es reducida cuanto menos. Llegamos al hotel para debatir que hacer.

"Espero qe tengas claro que de pasar las motos así existe una gran posibilidad de que las motos no puedan volver, ¿si?"

Para Mauro la decisión es algo más fácil: él tiene una segunda moto en Shanghai, y nunca ha tenido un apego especial con su montura: la practicidad de que hace gala se impone al sentimentalismo y la moto sólo es un medio para viajar, nada más. Lo cierto es, en cualquier caso, que meternos en estos jaleos puede traer mogollón de complicaciones, desde que nos roben las motos los tipos de dudosa pinta, hasta lios en aduanas por intentar pasar de estraperlo dos motos. En cualquiera de los dos lados de la frontera (recordad que cada frontera tiene dos lados, uno por país, y de momento sólo hemos lidiado con el lado chino.

Después de discutir un rato sobre los pros y los contras, decidimos descartar el trapicheo de la frontera en jeep mongol. Deberemos renunciar pues al sueño de este viaje: Mongolia nos deja con un palmo de narices después de estar tan cerca y tan lejos durante tanto tiempo. El visado de urgencia, los días en este pozo de mierda, todo para nada. El papelajo en el pasaporte permanecerá sin sellar como recordatorio de este aborto de viaje.

Pero intentamos reponernos y mirar adelante: no desfallecer, no perder los días de vacaciones: vamos a buscar un recorrido alternativo para sacar lo mejor posible de esta estúpida situación. La primera idea es cruzar la estepa y el desierto por la parte china de la región histórica de Mongolia: la provincia de Mongolia Interior, de paisajes prácticamente idénticos a los de Mongolia, y extendida por todo lo largo de la frontera entre ambos países, hasta llegar por dentro de China, hasta Urumqi en Xingjiang, tal como planeabamos en un principio.

La segunda opción, nacida más a mi modo, fue siguiendo la filosofía de "pues si es el viaje de tener portazos en las narices, vamos a por ellos", y vayamos a comprobar cuanto de cierto es eso de que no podemos entrar en Tíbet. Vayamos pues hasta el Tíbet cruzando por Mongolia Interior y Qinghai. La idea pasó moción enseguida y empezamos a empaquetar. La ruta era pues, como sigue:

[caption id="attachment_1018" align="aligncenter" width="519"]Erlian-Lhasa Erlian-Lhasa[/caption]

Total, unos 3000 km más y la posibilidad, si nos rebotaban en la frontera de Tibet, de volver hasta Lanzhou o Chengdu para empaquetar las motos y volar a Shanghai. La cosa pintaba hasta bien y todo.

Al salir de Erlian la sonrisa volvió por fin a llenar nuestros cascos. ¡¡Otra vez en marcha!! No se si podéis imaginar la sensación después de tanta frustración. Atrás quedaban días atascados en la frontera, papeleos con organismos oficiales, rebotes de oficina en oficina... todo quedaba para el recuerdo, o mejor dicho para el olvido.

La carretera por delante nos proponía desandar unos 150 km de autopista aburrida y recta, con vientos del copón lanzandonos el desierto de lado. En resumen, nada apetecible. Así que rebuscamos alternativas en el gúguel maps y a pocos km de Erlian encontramos una carreterucha sólo visible a partir de cierto nivel de zoom que prometía. La X926:

[caption id="attachment_1019" align="aligncenter" width="470"]X926 X926[/caption]

La carretera dejaba la autopista en una salida a un campo de entrenamiento militar. Superadas las dudas (y el yuyu) sobre si sería de acceso restringido al ver coces civiles llegar a la autopista por ese camino, tiramos pa alante felices y contentos de seguir (o reanudar) por fin nuestra aventura.

La X926 resultó ser una carretera bastante nueva (el cartel a la entrada rezaba que había sido completada en 2011) y con un asfalto relativamente agradable y cómodo. Apenas sin baches, los únicos obstáculos eran la estrechez de la carretera, las ráfagas ocasionales de viento (ese día de tan "solo" 35km/h) y los ocasionales bichos de toda índole que cruzaban la carretera a nuestro paso.

A lo largo de la carretera se sucedían paisajes casi lunares con dunas avanzando lentamente en paralelo a nuestro camino, como indicándonos la dirección correcta. En aquellos paisajes de llanuras infinitas las pistas de arena se sucedían constantemente cruzando la carretera formando una malla de caminos con destinos desconocidos, pues se perdían allí donde alcanzaba la vista, y eso que en estas llanuras la vista llegaba hasta a tomar por saco. Aún así no alcanzabamos a ver casas salvo alguna que otra granja ocasional cada 70 km.

Lo que no faltaba a cada lado eran rebaños interminables de ovejas. Por cientos, por miles, pastando a su entera libertad por llanuras infinitas, buscando como locas briznas de hierba que desafiaran la arena omnipresente. Ovejas locas como cabras que de cuando en cuando jugaban a echar una carrera cruzando la carretera antes de que nuestras motos llegaran a ese punto. Sobra decir que sólo lo conseguían porque nosotros frenábamos. Junto a ellas pululaban perrillos de las praderas asomándose curiosos a nuestro paso.

Los kilómetros pasaban impasibles sin apenas cambios en el paisaje. Lo más extraordinario que pudimos ver fueron unos campos petrolíferos. Me imagino que esta zona debe estar petada de carbón y petróleo.

Y el viento. Eterno, constante. Resulta imaginable cómo la gente aquí enloquece de tanto pegarle el viento en la cabeza.

De cuando en cuando veíamos un pastor llevando su rebaño con una motillo cutre, dando tumbos por la estepa que se extendía interminable por todos lados. Pastores con abrigos a cada cual más gordo y con trapos cubriendo sus cabezas para protegerlas del viento y del sol.

Y así seguimos durante más de 100 km hasta ese punto donde el asfalto parecía haberse cansado de existir para sencillamente dar paso a una pista de gravilla que parecía anunciar que algún día alguien seguiría asfaltando. Se acababa en mitad de la nada, sin razón aparente, como si a la cuadrilla se le hubiera gastado el alquitrán y huieran decidido darse la vuelta y volver a Erlian, el lugar habitado más cercano a ya unos 140 km.

En estas llanuras los días son eternos, pues el sol tarda en salir y en ponerse mucho más que lo que estamos acotumbrados, así que a pesar de llevar un buen par de horas rodando desde abandonar la idea de Mongolia aún nos quedaba día por delante. Pero lo que empezaba a bajar era la gasolina.

El cuenta parcial me anunciaba ya 180 km desde el último repostaje, y al ritmo que llevábamos mis cálculos nos daban unos 180/200 más de autonomía, pero empezaba a ser preocupante la falta de pueblos (o cualquier rastro de vida humana, para el caso). Teníamos que elegir, jugárnosla a seguir adelante, o desandar un cacho bien grande para volver a por gasolina, hasta la autopista. En breve pasaríamos el punto de no retorno, donde, la autonomía ya no nos daría para volver atrás.

Como no podía ser de orta forma, seguimos adelante.

Los kilómetros seguían cayendo y adoptamos ritmos más bajos de vueltas para ahorrar gasolina. El paisaje cada vez era más bonito y la arena del desierto había dejado paso a esporádicas manchas de verde por todos lados que convertian el margen de la carretera en una alfombra con una pinta tal de suavidad que te daban ganas de tirarte fuera del camino. Y lo hubiéramos hecho de seguro de no ser por nuestra nueva política de ahorro de combustible.

Pasamos una señal que indicaba para adelante un pueblo a 113 km. Perfecto, entraba en nuestros cálculos, que ya nos dejaban un  margen de 150.

El día empezaba a declinar aunque sólo para dejar unos colores aún más vivos: la noche no empezaría a caer hasta bien pasadas otras 5 horas, por lo menos. En cualquier caso no parecía que hubiera problema alguno para encontrar dónde acampar por allí, salvo tal vez el viento.

Unos 40 km después de aquel cartel de 113, otra señal anunciaba, para nuestro más absoluto asombro, el mismo pueblo de nuevo a 113 km. Pero junto a esa indicación un desvío a sólo 1.5 km. Incluso desde donde estábamos podíamos ver la silueta de unos edificios. De modo que allí fuimos, con la esperanza de que alguien nos pudiera vender gasolina.

Llegando al lugar pude distinguir una torre hexagonal acristalada que recordaba a aquellas de un aeródromo. El complemento de un patio rodeado de edificios a modo de barraca, una cancha de baloncesto y un par de logos del ejército me hizo sospechar lo que dos tipos, corriendo con los brazos en alto hacia nosotros y vestidos de militar, venían a confirmar: estábamos en una base militar, probablemente fronteriza, pues debíamos estar a menos de 5km en línea recta de territorio mongol.

Mauro se paró a hablar con ellos, y yo me quedé revisando el mapa, en busca de algún núcleo urbano. Sin éxito. Harto de buscar me bajé de la moto y me dirigí hacia los militares y Mauro, a ver qué pillaba en la conversación. El miliko, ya bastante nervioso, se puso aún más nervioso al ver mi cámara en el casco.

Conseguimos calmarles los ánimos dando nuestros datos y gracias a la labia de Mauro contándoles toda la película del viaje, y tras quitarme el casco y afirmar que la cámara estaba apagada (¡¡mentira!!). Una vez más calmados pusieron el modo majete y nos indicaron que el pueblo más cercano estaba probablemente a unos 180 o 200 km. Como a eso no llegábamos ni de coǹa nos sugirieron que preguntáramos en las granjas por si alguien nos vendía algo de sopa.

En este momento nos sentíamos ya bastante estúpidos porque no teníamos suficiente gasolina, ni un sólo cacho de comida y apenas agua para un día. Habíamos caído de pleno en la trampa de considerar que en China siempre hay gasolineras y pueblos. Nunca antes, ni siquiera en las montañosas regiones de Yunnan habíamos visto este grado de vacío en China.

Obedientes seguimos adelante con las esperanzas puestas en algún granjero o en acampar y esperar el paso de algún coche que nos pudiera acercar al pueblo.

Arrancamos y en mi cabeza aún estaban los nervios de llevar la cámara encendida. Tanto que casi me olvido de ponerme los guantes. Y nos alejamos por fin de los militares.

De momento.

Unos 5 km más allá, Mauro toca el freno, aparentemente mirando una mancha en el horizonte que podría ser una granja. Yo, que creo que va a parar, me echo a un lado para pararme a su lado y contarle lo de la cámara encendida (él aún cree que iba apagada como le dijimos a los militares), pero por alguna razón no termina de frenar. Lo más seguro es que no me haya ni visto.

Mauro sigue rodando pero yo he enfilado una diagonal que me lleva fuera del camino. Y sin darme cuenta he entrado de lleno en una zona de gravilla muy suelta.

De repente tengo 12 años. Estoy aprendiendo a montar en bici otra vez. Me siento como aqellos días en que frenaba con las suelas de los zapatos. El suelo no es firme y la gravilla hace balancear la moto. Intento darle golpes de dirección para encarrilar de nuevo la carretera, pero el suelo está demasiado suelto, y la moto hace ademán de irse al suelo. Veo el camino cómo acaba en un pequeño terraplén de apenas medio metro, pero totalmente suelto. Pienso que lo mejor que puedo hacer es tirar la moto en dirección al terraplén y bajar a la alfombra que es la estepa a nuestro alrededor.

12 años. La bici. El bloqueo mental infantiloide de "que me caigo, que me caigo". Me imagino como en aquella escena de 2001, una odisea en el espacio, cuando van desconectando placas de Hal9000. Mi cerebro se apaga, silenciosa y gradualmente.

La rueda de alante entra al terraplén. Hace como media hora que Mauro pisó el freno. Intento controlar el derrape como habíamos estado haciendo en el desierto. No funciona. La rueda vence y la moto cae hacia la izquierda a apenas 35/40 km. Me caigo. Cerebro apagado, bloqueo infantil. Me caigo de lado, apenas en parado. Cerebro apagado.

Sin cerebro somos como vacas: nos movemos por instinto. El instinto, que es a veces un tanto subnormal, hace todo lo contrario de lo que debería. Mi brazo izquierdo suelta el manillar i la mano aterriza en el suelo, en la grava.

Mi percepción aquí es confusa. Siento el golpe en la mano y cómo el resto del cuerpo le sigue. Caigo como un saco y pego al suelo con un golpe seco y un "uf" de pegar con el costado en el suelo. ¿El suelo?

Levanto la vista, mi pie ha quedado atrapado en la malla del equipaje, pero lo cierto es que lo único que duele un poco es el orgullo. Hay que levantarse.

Muevo el brazo para levantarme.

Y el brazo se mueve.

En dos partes.

Mi mano se desliza en el suelo, inerte, doblando un codo de más a media altura entre el codo y la muñeca.

Por mi cabeza pasan imágenes de deportistas a los que les pasa algo similar, y la sensación de dolor que imagino acompaña.

Por mi cabeza pasa también lo remoto del lugar donde estamos, sin gasolina, sin comida, sin agua, sin equipo de primeros auxilios.

Empiezo a gritar, impotente.

Mierda mierda mierda mierda.

Discuto mentalmente conmigo mismo, ¿por qué gritas así, capullo? ¡Si ni siquiera duele! (al menos de momento, gracias cuerpo por tu adrenalina). Grito por lo jodida de la situación. Y porque mi brazo se ha roto. De cuajo.

Mierda.

La cámara estaba encendida, y gracias a la repetición a cámara lenta veo que en realidad el brazo clava en el suelo y es mi cuerpo cayendo sobre el quien lo rompe.

Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Juzguen ustedes mismos:



Continuará...

viernes, 18 de mayo de 2012

El que espera desespera, dice la voz popular

11 am, como un clavo a la puerta de la empresa que esperamos consiga los malditos papeles de la moto. Esperamos.

jueves, 17 de mayo de 2012

¡No pasarán! O cómo la burocracia fronteril nos rebota

La historia es más o menos la siguiente...

En Shanghai no hay oficinas que tramiten el visado de Mongolia, por lo que teníamos que contratar una agencia que mandara nuestro pasaporte a Beijing donde la embajada nos lo haría. Descartamos esas opción cuando nos enterramos de que en Erlian, el pueblo de la frontera, hay un consulado mongol y te lo tramitan en el mismo día. Hasta aquí todo según el plan.

Llegamos a Erlian el miércoles a medio día. Fuimos al consulado. Cerrado. Vuelvan a las 3 que abrimos. Comemos, y a las 3 nos dicen que hoy no, que mañana. Las solicitudes sólo se tramitan de mañana, por las tardes se recoge. Mierda.

Buscamos un hotel, y ante la expectativa de un día en este pozo inmundo, sugiero a Mauro ir a jugar con las motos en el desierto que rodea la ciudad. Hacer offroad con una 125 de 4 tiempos es más difícil de lo que uno podía pensar, pero el poco peso de la moto (a estas alturas sin carga) ayuda cantidad. Al final nos lo pasamos teta (hay vídeos, que subiré al volver a Shanghai) y arreglamos el día.

Por cierto, nota especial para Varabayero: ¿quién dijo que con ruedas lisas no se lo podía uno pasar bien?

Día 2 en Erlian. Madrugamos y llevamos, dolidos por las agujetas del esfuerzo de jugar en el desierto) los papeles de solicitud al consulado. El tipo hoy nos dice que el tiempo mínimo son 24 horas para el trámite. Por suerte aparece la señora de ayer y confirma que nos lo pueden hacer para esa misma tarde.

Desayunamos y hacemos algo de mantenimiento a las motos: tensado de cadena, engrasado, cambio de aceite... Sufrimos el espectáculo de la lata de gasolina explosiva. Comemos, hacemos el checkout, y a las 3 estamos como un clavo en la puerta del consulado, preparados para cruzar al otro lado según nos den el visado. Hace un calor de pelotas hoy.

Pasaporte en mano por fin con pegatina estúpida que nos da permiso para cruzar, nos vamos a la frontera. Un soldado muy majo se hace colega del Mauro, intercambian números de teléfono y de qq (el msn chino) y nos indica que tenemos que cruzar por otra puerta. Es bueno hacer amigos influyentes, nunca sabes cuando vas a necesitar un favor de un militar de control fronterizo.

Vamos a la segunda puerta, haciendo cola como tontos con los jeep mongoles. Nuestra moto no tiene que esperar esa cola. Salimos y cruzamos dos controles militares, estos mucho menos majos, que nos dan paso sin dirigirnos la palabra. Legamos a otra cola. Lección aprendida, nos la saltamos y vamos directos a preguntar.

Un soldado nos dice que esperemos un momento que ahora viene el responsable de turno. Van apareciendo personajes que no esta claro si son o no los que nos tienen que dar el visto bueno. Uno aparece vestido con un traje de aduanas. Lo primero que nos dicen es que las motos no pueden cruzar, que sólo coches o camiones. Otra personaja dice que va buscar entre la cola de furgonetas y camionetas todoterreno algún voluntario para que metamos la moto en el y así cruzar. Nos sugiere un minibus cargado de cajas en el que tal vez entren las motos. El otro tipo de repente nos dice que bueno, que podemos pasar empujando las motos, en lugar de montados en ellas.

Cuando nos disponemos a empujar, entusiasmados por el ya estamos allí, el tipo del traje de aduanas nos dice pero espera un momento, ¿dónde está vuestro permiso de exportación temporal? Esto es un papelito que te da permiso para sacar un vehículo del país (exportar) bajo la premisa y promesa de que vas a volver. Papelito que el año pasado nos hicieron en 5 minutos en la frontera con Laos. No, no estamos hablando de aduanas de Laos o aduanas de Mongolia, esto son aduanas chinas para salida del vehículo. El tipo del traje de aduanas nos dice que es que esto no se gestiona aquí. Tenéis que volver a Erlian al edificio nosequeleches a que os lo gestionen.

En este momento radio-casco pincha la banda sonora de Benny Hill, y todo pasa a cámara rápida como Benny corriendo detrás del viejo dándole gorrazos.

Vamos a un edificio oficial. No, esto no es el edificio nosequeleches. Id allí. Ponte el casco de nuevo. Corre al otro edificio. Habla con el segurata. El segurata llama por el walkie a unos tipos que dicen que pasemos. Aparca la moto, coge el fardo de las cosas importantes y el casco, entra en el edificio. Recorre pasillos hasta una mesa en medio del pasillo donde dos tipas hacen 3 llamadas telefónicas en las que nadie contesta. Preguntan algo. Ah, pues entonces esto no tenéis que hacerlo en este edificio. Id a tal otro edificio. Monta todo el fardo, casco, corre a tal otro edificio. Repetir. Ah pues aquí tampoco. Tenéis que ir al edificio de aduanas. Otra vez ponte todo. Corre.

Si a estas alturas tu imaginación no tiene una imagen clara de Benny Hill corriendo en círculos detrás del viejo es que eres muy joven para ser mi amigo.

Edificio de aduanas. Vuelve a quitarte todo. Hablar con un agente, luego con otro. Pos es que aduanas no gestiona nada particular, tiene que ser por agencia, por compañía de exportación. Pero ya son las 5 (!!!) así que estarán cerradas. Aún así vamos a una que hemos visto antes. Desmonta. Habla con el tipo. Tipo dice que esto es muy mafan (complicado  en chino), pero que conoce otra empresa grande que puede hacerlo, que nos lleva. Monta. Sigue al tipo en su bici eléctrica.

El bueno de Benny ahora mismo va a cámara lenta.

Llegamos a otro edificio. Mauro entra a hablar con los enésimos tipos. El cuenta parcial indica 25km, desde que llenamos el depósito, justo antes de ir a por el visado. 2 horas y media hace de eso. Finalmente el enésimo tipo nos explica que esto, al ser área de minoría étnica, es todo mucho más mafan. Yo me pregunto si Yunan no es zona de minorías (lo es). Total que afirma poder hacer el trámite, vuelvan mañana a las 11.

Desesperados, 3 horas después de nuestro gozo al recoger el pasaporte, nos rendimos ante la evidencia de que cruzar la frontera nos va a llevar tanto tiempo como ir de Shanghai a Beijing.

Bueno, vamos a ver que tal ser portan las motos a plena carga con la arena del desierto.

Continuará.

Exhausted (TNC-enabled post)

After yet another day running from one official building to another, and not being able to pass the bikes into Mongolia, we went again to get some dirt road driving experience. Fun like crazy, but also as exhausting. Mauro could not even make it to the bed...

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Tras otro día más corriendo de un edificio oficial a otro, y son poder pasar las motos aún a Mongolia, nos fuimos a ganar algo más de experiencia en pistas de arena. Divertido de cojones, pero igual de agotador. Mauro no pudo ni llegar a la cama...

Mauro at Inner Moongolia

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Sí, habéis acertado... Hoy tampoco cruzamos la frontera :(

La sombra de la derrota

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Papeles, papeles...

Ahora nos ponen pegas con los papeles de la moto. No siquiera sabemos si es posible cruzar en moto. A lo tonto llevamos 2 horas dando tumbos de un edificio a otro, y 21km en el contador.

¡Echo de menos Laos!

Haciendo cola

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Hoy podía haber muerto (pero no)

No, en serio... Recordáis esas latas metálicas que llevábamos a los lados? Son depósitos extra de gasolina. Pues bien, esta mañana, mientras tensábamoa cadenas y cambiábamos el aceite me he dado cuenta de que la lata estaba abombada. Así que he abierto para ver la presión. Al desenroscar poco a poco ha empezado a salir gas a presión, vapor de la gasolina formado por el calor de estar al sol.

La primera lata ha silbado largo y tendido hasta que la presión se ha equilibrado, aunque daba yuyu saber que ese gas es extremadamente inflamable. Yo sólo pensaba por dios que no pase ningún chino fumando. Al abrir la segunda lata, lo mismo, silbido y olor a gas, cuando de repente la presión ha sido muy fuerte y el tapón ha saltado hasta a tomar por culo.

No puedo parar de pensar que en algún universo paralelo, Kali estaría muerto de la manera más estúpida al reventar por los aires dicho gas.

Ni que decir tiene que las latas se han quedado allí.

En otro orden de ciudad, más alegres, ya tenemos visado. Vamos a la frontera...

[Fotogalería] Mongoladas en el desierto

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Aún esperando nuestros visados. A las 3 pm, dicen... Esperemos.

Wahaha

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Seguimos esperando el visado. A las 3 pm, dicen. Espero que no haya más problemas...

miércoles, 16 de mayo de 2012

[1 minute post] Día 5: Arena

Arena por todos lados. Arena que se lleva el viento, arena que moldea los caminos. Arena asaltando las carreteras, metiéndose en mi casco...

Arena con la que jugar, porque nuestro visado tiene que esperar hasta mañana, así que he propuesto hacer offroad para entrenar las pista de arena. Hoy no hemos podido cruzar la frontera, pero ha sido uno de los más divertidos que tengo memoria.

Especial dedicatoria a la gente que piensa que esta moto no vale nada más que para ciudad...
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Llegando a Erlian, la frontera con Mongolia

¡Somos unos monstruos!

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El desayuno de los campeones

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Imprescindible para preparar el duro día que tenemos por delante. Algo más de 100 km para otra frontera, después: lo desconocido

[Fotogalería] Las estepas de Mongolia (la Interior)

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martes, 15 de mayo de 2012

[Fotogalería] La muralla, la muralla

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[Fotogalería] Visita relámpago a Beijing

Fue llegar, tocar base, salir corriendo. Pero estuvimos allí, que es lo que cuenta...

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Día 4: La caja de Pandora

Pandora tenía que ser Mongola a la fuerza. Fuerza como la que nos soplaba hoy fuera de la carretera. El Siroco y el Cierzo juntos son una auténtica mariconada, si queréis aprender lo que es viento, veniros a Mongolia Interior, donde el viento de Siberia nos ha pegado hoy constantemente a rachas de hasta 50 km/h (que no lo digo yo, que lo dice accuweather) jodiendonos la vida y haciéndome dudar de si vamos en moto o en windsurf.

Si trato de pensar en cómo describir la ruta de hoy sólo me sale viento. Viento viento y más viento. Horas infinitas de viento loco, como rabioso, enfadado con la humanidad y dispuesto a borrarla de un soplido (jaja). Viento fuerte y viento frío que nos dejaba jodidos. Lo peor son las rachas: luchar contra viento (y marea) es ya difícil, seguro, pero contra rachas de viento la cosa se pone jodida de pelotas. Eso de estar ahí en un lado de tu carril y que de repente sientas una racha pasando y medio milisegundo después estás al otro lado del carril, o incluso fuera de el.

Hoy nos hemos colado de nuevo en la autopista por última vez (ya no quedan hasta la forntera) pero esta vez no se nos puede echar la culpa, ya que ha sido el tipo de la garita quien nos ha invitado amablemente a pasar por el mismo hueco que normalmente usamos para colarnos. Ya en la autopista un coche con los reporteros dicharacheros de Hebei nos ha parado para hacernos (hacer a Mauro) una entrevista acerca de nuestro caso. Creo que sale mañana en tele-hebei, si puedes sintonizarla... xD

Poco después de hacer a Mauro famoso, hemos llegado al fin de la autopista, donde el viento era aún más peligroso, o divertido, según se mire. Eso sí, sea lo que sea es cansado de pelotas, porque hay que poner un 400% de atención a la conducción y a la carretera, y al viento que ese no lo ves venir, y te manda a parla, y hay que contrarrestarlo. El efecto es que la mitad del viaje vas como haciendo surf, tirándote a un lado de la moto, e inclinando para compensar la desviación como si estuviera en una curva.

Los ųltimos kilómetros han sido acojonantes. Llanuras infinitas con el atardecer, holladas apenas por los pastores de ovejas que por allí pululan. Nos hemos aventurado a probar el offroad y la verdad es que mola tanto que no podemos esperar a Mongolia.

El cansancio me mata y me quedo dormido escribiendo esto, de modo que voy a ver si puedo subir fotos y dormir porque mañana nos toca llegar a la frontera, por la mañana, y a ser posible cruzarla por la tarde.

Os dejaré  unas palabras antes de pasar al lado oscuro donde no hay comunicación. Espero que luego el material os merezca la pena.

Buenas noches, me voy soñar que estás aquí.

Huade, Inner Mongolia

Fauna local...

[1 minute post] Día 3: Beijing y la muralla son nuestros

Más de lo mismo: salir corriendo, pero está vez más temprano. Binzhou es un infierno de ciudad, descomunal, las calles parecen pistas de aterrizaje y nada parece tener sentido. Volvemos a nuestra quería autopista y seguimos a toda hostia. Bueno, a toda la que nos permite el motor de pacotilla. 110 es nuestro récord de velocidad. Pasamos Tianjin, seguimos saltando peajes, algunos se ríen al vernos hacerlo, otros lanzan patadas voladoras en la esperanza de derribar la moto y pararnos. Nadie nos sigue. La policía en la carretera nos ignora. Esto es de coña. Para coña los cartones en el arcén con dibujo de coche de policía, sirenas incluidas. ¡Hasta las matrículas cambian de uno a otro! Pero cuando va cayendo la noche dan el pego. Entrar en Bejing es una odisea, perderse súper fácil. Ciudad policial, la mitad de los que vemos son policías, el resto turistas. Vuelta de honor a Tiananmen, foto con el tito Mao a la espalda, bronca del madero de turno. Vámonos de aquí. Busca la salida, siempre hacia el norte. La ciudad no se acaba nunca, 30 km desde tito Mao y aún no hemos salido. Carretera a las montañas, por fin. Viento insoportable, ¿voy en moto o en velero? Sube el puerto hacia Badaling, las autopistas aquí son por fin legales para motos, ahora se nos hace raro parar en el peaje. Era más cómodo y rápido antes. Llegar a la muralla, es tarde y está vacía de gente, ¡tanto mejor! Sigue, deprisa otra vez, hay que llegar a Zhangjiakou, 160 km más. Viento, mucho mucho viento. Frío. Culo congelado. Llegar al fin. Helados. Cama. Dormir... Perder post largo.

Radio casco nos deleitó con sucesiones de gritos sin sentido, cánticos de ballena, el "Vamos a jugar" de Fraggle rock, y pocas chorradas más.

[1 minute post] Día 2 - Autopistas

Despertarse. Buscar autopista. Hay que correr, Beijing aún a 800 km. Gente pobre sin nada que hacer, jodidos por el sitio donde nacieron. Autopista por fin, carretera y manta. Corre corre que te pillo. Camiones, camiones y más camiones. Meta-camiones (camiones que transportan más camiones). Y locos en la carretera. Saltarse peajes se convierte en el pan nuestro de cada día, tenemos un máster. Pensamiento: las autopistas son reflejo de lo jodida que hemos dejado la existencia, corre corre no mis atrás, no mires a los lados, no importa el camino, vive sólo pensando en el destino. Un asco. La cámara del casco no vale ni para cagar, el mando funciona cuando quiere (se habrá quedado sin pilas?) y la batería dura un suspiro. Apenas tengo fotos y creía haber tenido miles. Por fin llegar a algún lugar, hotel y cena. Hemos hecho 500 km. No está mal pero aún nos queda la vida.

Radio casco puso, a falta de peticiones, Lola de El Chojin, y poquito más.

Mierda de tecnología

Lo malo de escribir de noche tras un día de paliza en moto es que a menudo me quedo dormido, móvil en mano, para descubrir a la mañana siguiente que (divertidamente) mi texto está lleno de teclas al azar o (aún más divertidamente) palabras inconexas ligeramente relacionadas con algún sueño. O en otras ocasiones (para mi cabreo), como esta mañana, que el texto escrito se ha perdido por completo después de una hora o dos escribiendo.

Así que me temo que tendré que hacer resúmenes como esos de los vídeos protagonizados por conejos animados que te cuentan la trama de una peli en un minuto (google: pulp fiction 1 minute).

Mierda de tecnología...

lunes, 14 de mayo de 2012

Haciendo el mongolo

Conquistar una autopista no tiene mérito, incluso si es una de casi 2000km.

Conquistar la plaza de Tiananmen y conseguir que los maderos te dejen hacerte una foto entorpeciendo el tráfico, tiene un mérito de cojones.

Pero plantar tu moto en mitad de la mismísima Gran Muralla China, sencillamente merece hacer el mongolo:

Disclaimer gordo

Mi amiga la China Telecom ha decidido ponerse puta, capar wordpress, y además capar las conexiones a vpn desde el móvil, por lo que mi única forma de escribir es mediante un sistema de post por email.

No puedo poner categorías en los post, ni formatearlos, ni siquiera saber como quedan! Ah, y tampoco puedo responder comentarios. Lo siento mucho pero parece que este viaje tendrá que ser seguido principalmente en diferido :(

First meal of the day

Por fin, papeo!

Y mongolia empieza aquí

Suerte q estaba todo vacío...
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北京欢迎我们

domingo, 13 de mayo de 2012

Aprendiendo a contar...

¡123456!

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El lio amalillo

Binzhou, a la vera del río amarillo. Ya queda menos hasta pekín, unos 300, pero hoy hacemos noche aquí. Mi culo no puede más con la autopista...

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Huian (léase jueyán) y las autopistas asesinas

Salir tarde tiene sus problemas. Entre que empiezas el viaje, sales de la ciudad, encuentras las 4 cortadas que se te olvidaban... total que el salir a las 10 termina convertido en salir a las 2.

Sin embargo a pesar de las horas nos hemos marcado 400 kilómetros como campeones. Y es que el camino de Shanghai a Pekín es absolutamente anodino...

Salimos de shanghai colándonos en autopista yendo nuestro viejo truco, ya dominado a la perfección, de buscar el hueco en la barrera y corriendo antes de que la policía decida reaccionar. Y una vez en la autopista...

...llegamos a Huian. No, no es un chiste, es que no hay nada que hacer en 400 km. La  conminóautopista que sube de shanghai al norte (así se llama, que le vamos a hacer) podría hacerse con los ojos cerrados excepto por dos cosas:

3 peajes...
... Y el puente sobre el Yangtze.

El resto del tiempo transcurre tratando de mantenerse vivo entre coches que se adelantan como locos, por la izquierda, por el arcén, por la raya del medio... Vienen desde 500m dando luces y pitando, y si no te apartas se te pegan al culo y pan y te intentan adelantar como si fuera Hamilton contra un HRT.

Están locos estos Jiangsuanos.

En fin, mañana etapa dura y larga, nos quedan 800 a Pekín que es donde deberíamos llegar idealmente. Les dejo con el cálido consejo de nuestro hotel:

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(Cálidos consejos: resbalen con cuidado)

P.D.: Necesito inspiración musical, pues radio-casco hoy solo ha puesto, por razones que desconozco "La gran obra maestra" de Frank T. (al que odio) y una variedad musical con letra inventada y chorrípeda del "Davai rabotnik" soviético, conocido en nuestras tierras cómo "A las barricadas". ¿Será el espíritu del 15M transmitido por las ondas de radio-casco?

sábado, 12 de mayo de 2012

Ruedas laila

O lo que es lo mismo, ya han llegado. Aunque al final no son de enduro porque de esas no podían traer hoy, así que nos llevamos ruedas estándar...

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¡Vamos que nos vamos! Y ya son horas... 12:30. 1270 km hasta Pekín, a ver lo que tardamos.

Disfruten del viaje.

Y allá que vamos...

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11 de la mañana. Esperando a las ruedas de recambio en el taller oficial de Yamaha. No están. "Tal vez mañana". Los chinos, como siempre...

Amanece

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El día amanece gris. Con resaca. Y no tantas horas de sueño cómo me hubiera gustado.

Pero el tiempo no espera a nadie. Ya no va más. Hay que levantarse, darse la que puede ser última dicha en dos semanas y hacer acopio final de armatostes.

Recuerdo el casino de Estoril. El señor que llevaba la ruleta. Su cansada pero perenne cantinela anunciando que había llegado la hora y que no se aceptaban más apuestas.

"Nada mais"

domingo, 6 de mayo de 2012

On the road again!

A veces me gustaría poder escribir más, tener más cosas que decir, o tenerlas más claras por lo menos. En la última semana he tenido al menos en 3 conversaciones diferentes la misma cantinela acerca de cómo los planes no valen de nada porque al final todo cambia, de repente, tan a menudo, que hablar de planes para más de una semana en el futuro deja de tener sentido.

Sin embargo, afortunadamente, no siempre me quedo sin cosas que contar. Y es que los últimos planes han pasado la barrera de una semana en el futuro de la que hablaba, y por fin puedo hablar de ellos con sentido.

El plan original incluía un viaje, a mediados de Junio, alrededor de China pasando por Mongolia, Rusia, Kazakhstan, Kyrzygstan y entrar en China de nuevo por Xingjiang, pero como todo plan que se precie ha cambiado tanto de forma como una mancha de aceite en el agua. Me ahorraré todos los detalles coñazo de la historia, pero a grandes rasgos por motivos de curro hemos terminado buscando acortar la ruta y los días, dejando gran parte para otra ocasión. Ah, y saliendo LA SEMANA QUE VIENE.

De modo que ahora mismo la idea es la siguiente:

Salir el Sábado 11 en dirección a Beijing. El Lunes por la mañana hacer las gestiones del visado Mongolito, para lo que toca esperar 1 día de turisteo pekinés. Y aquí empiezan los "ysis".

# ¿Y si no nos dan el visado?

Viajar por Mongolia Interior, al sur del Gobi, por Qinghai y sus salinas gigantescas, para entrar en Xinjiang y cruzar por último otro desierto (el del Taklamaklan) antes de llegar a Urumqi. Y volar de vuelta a casa mientras las motos vuelven en tren.

# ¿Y si nos dan el visado?

Ir hacia el norte desde Beijing, cruzando la Gran Muralla China hacia Erlian, frontera con Mongolia.

# ¿Y si no podemos entrar?

Volver al plan de arriba.

# ¿Y si no hay problema?

Entrar en Mongolia, y entonces...

# ¿Y si lo hacemos por el camino "seguro/fácil"?

Ir hacia el norte, hacia Ulan Bator, por las carreteras asfaltadas del país (las pocas que hay) y desde ahí hacia el Oeste en dirección a Altai.

# ¿Y si lo hacemos a la aventura?

Entonces pasamos de Ulan Bator, y cruzamos el desierto del Gobi, desierto a través. En el camino hay ciertas áreas "pobladas", aunque la mayoría es estepa y desierto, y el concepto de carretera es apenas una pista de arena. Seguir en esa dirección hasta llegar a Altai.

En ambos casos, de Altai a Bangol, frontera oficialmente no abierta para extranjeros, aunque hemos encontrado registros de gente que lo ha conseguido.

# ¿Y si nos dejan pasar?

Desde ahí hasta Urumqi apenas hay distancia y llegaremos sin problemas para coger el avión y estar de vuelta en Shanghai, a currar, el 28 de Mayo.

# ¿Y si no nos dejan?

Eeeeeeerrr... Bueno, entonces estamos jodidos. Según las fechas en que esto suceda, habría que ejecutar el plan de contingencia que incluye volar hasta Ulan Bator y de ahí a Shanghai. ¿Y las motos? Bueno, tendrían que donarse a la ciencia. A la ciencia Mongola, quiero decir, puesto que no habría manera de mandarlas de vuelta.

[caption id="attachment_852" align="aligncenter" width="519"]Aventura Mongolítica Esquema, más poco claro que mucho, de las alternativas al viaje.[/caption]

De modo que después de mucho planear la semana pasada sobre las alternativas y la manera de conseguir la maldita visa Mongola, este fin de semana hemos estado preparando las monturas para la carretera. El resultado, al menos a mí, me parece tremendamente atractivo. Vosotros diréis:

[caption id="attachment_853" align="aligncenter" width="519"]Double Bubble Las motos piden marcha[/caption]

[caption id="attachment_854" align="aligncenter" width="519"] Sí, lo que veis a los lados son bidones de gasolina. 10 litros cada uno.[/caption]

Bueno, os dejo de momento con la idea, para que la vayáis madurando. En breve, detalles de los preparativos y perlitas técnicas :)

Vayan calentando motores. Estamos en marcha.

viernes, 4 de mayo de 2012

Ir un día cualquiera a trabajar...

Si alguna vez os habéis preguntado qué tal es el tráfico en China, os dejo un video de prueba que he hecho con mi nueva cámara (Drift HD), que he comprado para poder compartir los viajes en primera persona.

http://www.youtube.com/watch?v=hVluKgfAnE4

El sonido es una mierda porque usa el micro integrado en la cámara, pero tengo un micro externo que probar, ya os contaré qué tal en la próxima prueba.

Mención especial al minuto 4:10... ¿cómo se os queda el cuerpo en esas? Pues como esa, a diario.

Permanezcan atentos a sus pantallas, porque hay noticias calentitas que iremos publicando estos días. ¡La cosa se mueve!

martes, 17 de abril de 2012

Con mala pata

Hará como cosa de un mes (o casi dos), en mi curro tuvimos una de esas movidas que llaman de "tim bildin", más conocidas como "secta-vivencias" por el genio del Mongolo. Básicamente la cosa consiste en coger a toda la gente de la oficina, levantarles de sus asientos y llevártelos a hacer algo no relacionado con el curro, generalmente a algún otro lado.

La mayoría de estas secta-vivencias consisten en actividades que de algún modo, al menos en teoría, contribuyan a crear dinámicas de equipo en la empresa, a afianzar lazos de confianza mutua y respeto y toda esa parafernalia que ahora está tan de moda para jefecillos modernos y que, no siendo una mala idea en esencia, suele ser cutremente llevada a cabo en la práctica.

Total, que en una de estas (cutremente llevadas a cabo) andábamos, con una consultora especializada en "tinbildin" cobrando un pastuzal por venir a nuestra oficina con ideas tan constructivas para la moral y cooperatividad del equipo como lucha de trajes de sumo. Sí, sí, lo estáis leyendo bien. Sumo. No de tomate. Sumo como el de los japoneses gordos. Pero con trajes acolchados, así al estilo del grandioso Humor Amarillo.



La tarde pasó entre trompicones y hostias más o menos tibias, hasta que ya al final de todos los combates de sumo, uno de los organizadores quiso combatir también. Todos empezaron a buscar a quién encasquetar el traje de sumo-buzo y yo que pasaba por allí con ya un par de cervezas no supe decir que no cuando todos empezaron a gritar "Kali, Kali, venga, dale".

[caption id="attachment_842" align="aligncenter" width="500" caption="Que no, mamá, que no he cogido peso, que estoy "fuertecito"..."]Doyunmiedoquetecagaslorito[/caption]

Lo que prometía ser gracioso al final resultó ser la peor idea que pude haber tenido en mucho tiempo. En un momento tonto del combate intentando desequilibrar al franchute contrincante, este reaccionó haciéndome pivotar 90 grados, pero el suelo, el maldito suelo se pegaba a mis zapatillas como si fuera velcro, de modo que mi pie no giró pero sí el resto de mi cuerpo, haciendo que lo que pivotase fuera mi rodilla. Aquella en la que hace cosa de 10 años me rompiera el ligamento cruzado anterior jugando al furgol. Si es que lo tengo dicho, que los deportes son malos.

El resultado en este caso no fue tan grave, pero si que llevó lesión de otro ligamento, en este caso el lateral, afortunadamente sin rotura, pero con la suficiente seriedad como para que no esté en condiciones de lanzar mi viaje en las fechas previstas.

A esto se suma la oferta de mi empresa por un año más en la compañía, oferta que no podía rechazar, y el advenimiento de fechas no propicias para nuestro viaje (como el verano en mitad del desierto, o la época de monzones en las montañas de Pakistán).

Así que para dejarnos de rodeos, la cosa queda como sigue:

1.- El viaje hasta sudáfrica queda cancelado temporalmente, replaneado para el año próximo en las mismas fechas.

2.- Mi estancia en Shanghai se prolonga consecuentemente hasta Abril de 2013.

3.- La semana que viene empiezo a ir a un gimnasio como parte de la rehabilitación.

La rodilla ahora mismo está tocada, lo que condicionado por la otra rodilla que también sufre de rotura de ligamento (cruzado posterior) allá por marzo del año pasado, me convierte en una persona que puede andar pero no correr, no hacer casi ningún deporte, y que debe tener mucho cuidado a la hora de hacer cosas que puedan requerir de un cierto grado de fuerza en las rodillas. Por ejemplo, en mi condición actual, no podría levantar la moto si tuviera una caída, y no podría evitar mediante la táctica del pie al suelo una caída en un terreno pedregoso. Ni que decir tiene que una caída cualquiera en mitad de un país perdido de la mano del hombre podría ser una putada del calibre 33 con una muy difícil salida.

Por todo ello es que me he visto obligado a posponer el viaje, y ya puestos a posponer lo traslado de nuevo al momento de mi partida de Shanghai, ahora fechada para estas mismas horas del año que viene.

Pero como digo siempre, el viaje nunca termina, así que entre medias y para aproximadamente el mes de Junio, andamos preparando una versión "corta" de un par de semanas o tres, para quitarnos el gusanillo hasta el gran viaje del año próximo. Y  de paso quitaros el gusanillo a vosotros también.

Espero poder actualizar sobre esa idea muy pronto. Hasta entonces, siento tener que dejar esto colgado.

Seguiremos informando...

martes, 31 de enero de 2012

Puesta a punto...

En los últimos días la flaca me está dando un poco de guerra. Le cuesta arrancar por las mañanas aún más que a mi salir de la cama. Tarda un montón en calentarse, se ahoga al darle gas, por muy despacio que lo haga, incluso abriendo el aire en el carburador, y hasta que no lleva un rato laaaaaaaaaaaargo en marcha, parece como si se quedara en 5 cv en bajas revoluciones. Por si eso fuera poco echa un olorcillo algo sospechoso a cosa requemada, aunque no tengo claro qué cosa.

Creo que el problema está en una de los 3 siguientes opciones: el filtro del aire, la bujía, o el aceite. O todos a la vez. El caso es que va a tocar hacerle una revisión completa antes de preparar todo para el viaje, porque no me fío de ella como está ahora mismo.

Resulta curioso que estas navidades en España arranqué La Gata tras 2 años en garaje, y lo hizo a la primera sin quejarse ni un poquito, y tan sólo hubo que cambiarle el aceite para que dejara de echar humo blanco apestoso. Pero al volver a Shanghai, La Flaca, tras apenas 1 mes parada, tardó más de 30 minutos en estar en orden de marcha, y eso es aún con el aire abierto porque si no se quedaba clavada por debajo de las 3.000 vueltas.

Aparte de eso le toca cambio de casi todo, revisión de líquidos, y estoy pensando si cambiarle hasta los amortiguadores antes del viaje sería una buena idea o no. Quizá también el carburador, o llevarme uno de recambio por si acaso.

¿Alguien tiene experiencia ajustando la carburación de una YBR125? Cuando crucemos el Karakorum, a 4.200 metros de altitud, estoy seguro de que la pobre flaca se va a quedar más tiesa que un trilobite.

¡Espero vuestros comentarios!

 

jueves, 26 de enero de 2012

Dando forma a la bestia

Si alguno aún sigue este pequeño rincón, sabrá que a pesar de lo poco que escribo en estos momentos, la planificación sigue a buen ritmo. Pero la planificación no deja de ofrecernos retos de lo más variopintos.

La amenaza cada vez más real de una guerra en Irán, la perspectiva de costes elevadísimos en el trazado Europeo previsto en la primera idea, pero también la inspiración de muchos como mi colega del curro Blaise, natural de Burundi, o de Fabián (el de www.saliadarunavuelta.com) nos abrieron los ojos a la posibilidad de la Gran Aventura  Africana:

[caption id="attachment_829" align="aligncenter" width="519" caption="Shanghai - Ciudad del Cabo : Más de 25.000 km de la ruta más alucinante"]Más de 25.000 km de la ruta más alucinante[/caption]

Loco es lo más bonito que me están llamando últimamente. Sí, efectivamente y tal como el mapa indica, la ruta incluye lugares tales como Pakistán, Egipto, Sudán o Etiopía. Pero es que  además, si la no-guerra nos lo permite, tendrá una pequeña variación para cruzar Irán de Este a Oeste, bordeando la totalidad del Golfo Pérsico para entrar desde Kuwait en Arabia Saudí. Y por supuesto toda la ruta está sujeta a tantos cambios como se nos puedan imaginar o imponer a lo largo de la misma.

Este viaje, que como digo desde el anterior no es otra cosa que el viaje de la vida mismo, se tendrá que ir adaptando a los imprevistos del camino, que serán todos por más que nos empeñemos en planificar. Y qué hostias, esa es precisamente parte de la gracia.

Como no tengo la menor idea de cómo irá la cosa aún no puedo prometer nada seguro, pero si la limitación de pasta no es excesiva y la "amenaza" de los peligros Africanos resulta ser como espero completamente vana e inventada, difundida quién sabe con qué oscuras intenciones por noticieros y demás gentuza, buscaría la manera de llegar desde Ciudad del Cabo hasta España en moto.

No tengo grandes esperanzas de que La Flaca sobreviva a este viaje. No por falta de capacidad mecánica, sino más bien por las trabas legales de importación en Europa de un vehículo fabricado (y matriculado) en China. Es más que probable, si no puedo llegar rodando a España, que La Flaca termine sus días en donación por alguna ciudad africana desde donde tenga que volverme en avión. Pero no adelantemos acontecimientos aún.

Hoy por hoy la cosa sigue rondando en torno a la pasta, que es de momento el único límite con el que voy a viajar. En Abril dejaré el curro, dejaré el piso, y todo lo que tengo aquí que no me lleve en la moto o haya mandado con anterioridad a tierras matrias (es decir, a casa de mamá), se quedará para siempre atrás en la vieja Shanghai a la que ya no volveré.

Sin curro, y sin previsión de curro alguno, la libertad de viajar cuanto, cuando y por donde se quiera es tan real como la acuciante necesidad de tener un presupuesto planeado o un montón de patrocinadores, cosas ambas de las que carezco. Así pues debo de admitir que voy un poco a verlas venir (si me conoces seguro que no te sorprende) y que el viaje para mí terminará el día en que mis ahorros se sequen, y no me quede más que el fondo de rescate, es decir, de coger un avión para volver a tierras matrias (ver arriba).

Pero los preparativos no se limitan a la planificación de la ruta... En el próximo post os contaré más acerca de la equipación que estamos preparando, intentando mejorar con la experiencia del año pasado.

Permanezcan atentos. Yo no puedo esperar más. Tiempo, corre.