martes, 15 de mayo de 2012

Día 4: La caja de Pandora

Pandora tenía que ser Mongola a la fuerza. Fuerza como la que nos soplaba hoy fuera de la carretera. El Siroco y el Cierzo juntos son una auténtica mariconada, si queréis aprender lo que es viento, veniros a Mongolia Interior, donde el viento de Siberia nos ha pegado hoy constantemente a rachas de hasta 50 km/h (que no lo digo yo, que lo dice accuweather) jodiendonos la vida y haciéndome dudar de si vamos en moto o en windsurf.

Si trato de pensar en cómo describir la ruta de hoy sólo me sale viento. Viento viento y más viento. Horas infinitas de viento loco, como rabioso, enfadado con la humanidad y dispuesto a borrarla de un soplido (jaja). Viento fuerte y viento frío que nos dejaba jodidos. Lo peor son las rachas: luchar contra viento (y marea) es ya difícil, seguro, pero contra rachas de viento la cosa se pone jodida de pelotas. Eso de estar ahí en un lado de tu carril y que de repente sientas una racha pasando y medio milisegundo después estás al otro lado del carril, o incluso fuera de el.

Hoy nos hemos colado de nuevo en la autopista por última vez (ya no quedan hasta la forntera) pero esta vez no se nos puede echar la culpa, ya que ha sido el tipo de la garita quien nos ha invitado amablemente a pasar por el mismo hueco que normalmente usamos para colarnos. Ya en la autopista un coche con los reporteros dicharacheros de Hebei nos ha parado para hacernos (hacer a Mauro) una entrevista acerca de nuestro caso. Creo que sale mañana en tele-hebei, si puedes sintonizarla... xD

Poco después de hacer a Mauro famoso, hemos llegado al fin de la autopista, donde el viento era aún más peligroso, o divertido, según se mire. Eso sí, sea lo que sea es cansado de pelotas, porque hay que poner un 400% de atención a la conducción y a la carretera, y al viento que ese no lo ves venir, y te manda a parla, y hay que contrarrestarlo. El efecto es que la mitad del viaje vas como haciendo surf, tirándote a un lado de la moto, e inclinando para compensar la desviación como si estuviera en una curva.

Los ųltimos kilómetros han sido acojonantes. Llanuras infinitas con el atardecer, holladas apenas por los pastores de ovejas que por allí pululan. Nos hemos aventurado a probar el offroad y la verdad es que mola tanto que no podemos esperar a Mongolia.

El cansancio me mata y me quedo dormido escribiendo esto, de modo que voy a ver si puedo subir fotos y dormir porque mañana nos toca llegar a la frontera, por la mañana, y a ser posible cruzarla por la tarde.

Os dejaré  unas palabras antes de pasar al lado oscuro donde no hay comunicación. Espero que luego el material os merezca la pena.

Buenas noches, me voy soñar que estás aquí.

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