jueves, 17 de mayo de 2012

¡No pasarán! O cómo la burocracia fronteril nos rebota

La historia es más o menos la siguiente...

En Shanghai no hay oficinas que tramiten el visado de Mongolia, por lo que teníamos que contratar una agencia que mandara nuestro pasaporte a Beijing donde la embajada nos lo haría. Descartamos esas opción cuando nos enterramos de que en Erlian, el pueblo de la frontera, hay un consulado mongol y te lo tramitan en el mismo día. Hasta aquí todo según el plan.

Llegamos a Erlian el miércoles a medio día. Fuimos al consulado. Cerrado. Vuelvan a las 3 que abrimos. Comemos, y a las 3 nos dicen que hoy no, que mañana. Las solicitudes sólo se tramitan de mañana, por las tardes se recoge. Mierda.

Buscamos un hotel, y ante la expectativa de un día en este pozo inmundo, sugiero a Mauro ir a jugar con las motos en el desierto que rodea la ciudad. Hacer offroad con una 125 de 4 tiempos es más difícil de lo que uno podía pensar, pero el poco peso de la moto (a estas alturas sin carga) ayuda cantidad. Al final nos lo pasamos teta (hay vídeos, que subiré al volver a Shanghai) y arreglamos el día.

Por cierto, nota especial para Varabayero: ¿quién dijo que con ruedas lisas no se lo podía uno pasar bien?

Día 2 en Erlian. Madrugamos y llevamos, dolidos por las agujetas del esfuerzo de jugar en el desierto) los papeles de solicitud al consulado. El tipo hoy nos dice que el tiempo mínimo son 24 horas para el trámite. Por suerte aparece la señora de ayer y confirma que nos lo pueden hacer para esa misma tarde.

Desayunamos y hacemos algo de mantenimiento a las motos: tensado de cadena, engrasado, cambio de aceite... Sufrimos el espectáculo de la lata de gasolina explosiva. Comemos, hacemos el checkout, y a las 3 estamos como un clavo en la puerta del consulado, preparados para cruzar al otro lado según nos den el visado. Hace un calor de pelotas hoy.

Pasaporte en mano por fin con pegatina estúpida que nos da permiso para cruzar, nos vamos a la frontera. Un soldado muy majo se hace colega del Mauro, intercambian números de teléfono y de qq (el msn chino) y nos indica que tenemos que cruzar por otra puerta. Es bueno hacer amigos influyentes, nunca sabes cuando vas a necesitar un favor de un militar de control fronterizo.

Vamos a la segunda puerta, haciendo cola como tontos con los jeep mongoles. Nuestra moto no tiene que esperar esa cola. Salimos y cruzamos dos controles militares, estos mucho menos majos, que nos dan paso sin dirigirnos la palabra. Legamos a otra cola. Lección aprendida, nos la saltamos y vamos directos a preguntar.

Un soldado nos dice que esperemos un momento que ahora viene el responsable de turno. Van apareciendo personajes que no esta claro si son o no los que nos tienen que dar el visto bueno. Uno aparece vestido con un traje de aduanas. Lo primero que nos dicen es que las motos no pueden cruzar, que sólo coches o camiones. Otra personaja dice que va buscar entre la cola de furgonetas y camionetas todoterreno algún voluntario para que metamos la moto en el y así cruzar. Nos sugiere un minibus cargado de cajas en el que tal vez entren las motos. El otro tipo de repente nos dice que bueno, que podemos pasar empujando las motos, en lugar de montados en ellas.

Cuando nos disponemos a empujar, entusiasmados por el ya estamos allí, el tipo del traje de aduanas nos dice pero espera un momento, ¿dónde está vuestro permiso de exportación temporal? Esto es un papelito que te da permiso para sacar un vehículo del país (exportar) bajo la premisa y promesa de que vas a volver. Papelito que el año pasado nos hicieron en 5 minutos en la frontera con Laos. No, no estamos hablando de aduanas de Laos o aduanas de Mongolia, esto son aduanas chinas para salida del vehículo. El tipo del traje de aduanas nos dice que es que esto no se gestiona aquí. Tenéis que volver a Erlian al edificio nosequeleches a que os lo gestionen.

En este momento radio-casco pincha la banda sonora de Benny Hill, y todo pasa a cámara rápida como Benny corriendo detrás del viejo dándole gorrazos.

Vamos a un edificio oficial. No, esto no es el edificio nosequeleches. Id allí. Ponte el casco de nuevo. Corre al otro edificio. Habla con el segurata. El segurata llama por el walkie a unos tipos que dicen que pasemos. Aparca la moto, coge el fardo de las cosas importantes y el casco, entra en el edificio. Recorre pasillos hasta una mesa en medio del pasillo donde dos tipas hacen 3 llamadas telefónicas en las que nadie contesta. Preguntan algo. Ah, pues entonces esto no tenéis que hacerlo en este edificio. Id a tal otro edificio. Monta todo el fardo, casco, corre a tal otro edificio. Repetir. Ah pues aquí tampoco. Tenéis que ir al edificio de aduanas. Otra vez ponte todo. Corre.

Si a estas alturas tu imaginación no tiene una imagen clara de Benny Hill corriendo en círculos detrás del viejo es que eres muy joven para ser mi amigo.

Edificio de aduanas. Vuelve a quitarte todo. Hablar con un agente, luego con otro. Pos es que aduanas no gestiona nada particular, tiene que ser por agencia, por compañía de exportación. Pero ya son las 5 (!!!) así que estarán cerradas. Aún así vamos a una que hemos visto antes. Desmonta. Habla con el tipo. Tipo dice que esto es muy mafan (complicado  en chino), pero que conoce otra empresa grande que puede hacerlo, que nos lleva. Monta. Sigue al tipo en su bici eléctrica.

El bueno de Benny ahora mismo va a cámara lenta.

Llegamos a otro edificio. Mauro entra a hablar con los enésimos tipos. El cuenta parcial indica 25km, desde que llenamos el depósito, justo antes de ir a por el visado. 2 horas y media hace de eso. Finalmente el enésimo tipo nos explica que esto, al ser área de minoría étnica, es todo mucho más mafan. Yo me pregunto si Yunan no es zona de minorías (lo es). Total que afirma poder hacer el trámite, vuelvan mañana a las 11.

Desesperados, 3 horas después de nuestro gozo al recoger el pasaporte, nos rendimos ante la evidencia de que cruzar la frontera nos va a llevar tanto tiempo como ir de Shanghai a Beijing.

Bueno, vamos a ver que tal ser portan las motos a plena carga con la arena del desierto.

Continuará.

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