martes, 11 de junio de 2013

Hoy es un día triste

Mi viaje, al menos en mi cabeza, se ha interrumpido de cuajo hoy, cuando al bajar de la moto y encender el móvil me ha llegado un mensaje contándome (más vale tarde que nunca) que mi tía tiene cáncer.

Como una losa de plomo, la noticia me ha dejado fuera de juego y sin saber qué decir. Por suerte había terminado ya de conducir y estaba descargando equipaje en la habitación, porque el resto del día ha sido como si no existiera.

Mauro, tal vez por no saber cómo hablar en estas circunstancias, tal vez porque su mejor manera de tratar con ellas fuera precisamente así, ha permanecido callado a mi lado toda la tarde sin decir ni pío.

Muchas ideas han pasado por mi cabeza, la mayoría de ellas no saldrán de mi boca ni de mis teclas, y permanecerán para siempre en la oscuridad de mi memoria.

Pero una sí sale, una decisión de darle lo mejor que puedo ahora mismo. Dedicarle este viaje a mi tía, llevarla de la mano por allí donde vaya, traerla conmigo en la moto y transportarla al corazón de África con mis palabras y con todas las fotos que pueda enviarle.

Va por ti, tía Marisa. Deja que te lleve donde otros no se atreven. Vente conmigo.

Deja que te lleve de viaje.

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