En vista de que no conseguíamos entrar en la autopista aquí y de lo imposible que resulta cruzar las montañas del sur de yunnan de este a oeste, decidimos probar suerte en la frontera de Vietnam. Si, ya sabemos que necesitas visado y bla bla bla, pero había que intentarlo ¿no? A fin de cuentas sólo estábamos a 30 km de la frontera.
En línea recta.
Craso error.
La carretera serpentea como loca para subir la última pared que separa Vietnam de China. Al llegar arriba, una impresionante vista (ver "so long, Vietnam") del otro lado nos enseña una bajada casi en picado hasta el río y el paso fronterizo. Entre nieblas, allá a lo lejos, Vietnam.
La carretera es totalmente nueva, y da muestras de cómo el ingeniero de caminos asignado a esta obra es capaz de hacer.una carretera.perfecta... como el culo.
El asfalto impecable, trazadas amigables y divertidas, con buena visibilidad, con áreas de descanso para mirar el paisaje e incluso arcenes amplios. Y desprendimientos de montaña.
Por todos lados la carretera aparece sepultada de cuando en cuando, sin previo aviso. En ocasiones uno de los carriles, en ocasiones el otro, completamente sepultados. Giras la curva y ante tí aparece una roca de varias toneladas apaciblemente caída en tu camino. Incluso algún tramo de carril está corrido montaña abajo por culpa de un horrible diseño.
el conjunto impone respeto, miedo más bien. Parece que alguien haya hecho la carretera para quitarte las ganas de ir a Vietnam. Por otro lado el aspecto de la frontera es intimidante: uno puede perfectamente imaginar a las tropas vietnamitas intentando tomar esta pared infernal que hay por montaña. Acostumbrado como estoy a las viejas y desmanteladas fronteras europeas esto es acojonante en el más estricto sentido de la palabra. Incluso a los márgenes de la carretera puedes ver restos de búnkers de la guerra. Sea como sea, algo dentro de tí dice "acaba rápido con lo que has venido a hacer y vámonos de aquí".
El resto ya lo habéis leído, no hemos podido pasar a Vietnam y hubiera sido igual si tuviéramos el visado, pues este paso sólo permite pasar ciudadanos Chinos y Vietnamitas.
Así que volvimos sobre nuestros pasos en dirección a Wenshan. Allí decidiríamos sobre cómo seguir hacia Laos. Pero la carretera no nos iba a dar un descanso. Ni de coña. Ofendida por haberla comparado con las montañas rusas, la carretera se convirtió en una RULETA rusa. A los desprendimientos de antes hay que añadir de todo y siempre detrás de una curva. A saber: Bueyes, niños jugando, camiones dando la vuelta, tipos sentados comiendo sandía, camiones adelantando a camiones al tiempo que un tercer coche adelanta a los anteriores, tramos de carretera donde el asfalto literalmente desaparece bajo tus pies, puentes a medio construír, y hasta un rebaño de cabras. Y todo por supuesto sin señalización alguna. ¿Pa qué?
Estos yunnaneses, conducen como cabras...
Contentos por sobrevivir llegamos al atardecer a un cruce de caminos donde tenemos que decidir si autopista o carretera. Lo intentamos por las buenas, siguiendo la norma, pero la carretera es un patatal en la que sólo el número de camiones supera al de socabrones en el asfalto. Así que por seguridad nos lanzamos a la tentativa autopista. Pero debe ser que todo Yunnan anda ahora al acecho de 2 locos motoristas que se quieren colar a la autopista, y 2 tipos ataviados como importantes nos deflectan (literalmente) en el peaje, por lo que tenemos que abortar misión. No podemos ir por autopista, pero la alternativa es totalmente insegura, incluso a pleno sol. Busquemos donde dormir, mejor...
Varias vueltas estúpidas después tratando de encontrar dónde acampar, nos tiramos en medio de las montañas a 1400m de altitud y con un viento del copón. Pero al menos no hace calor :)
Evaluando la etapa en el gps vemos que Laos está a más de 800 km de montañas, y hoy sólo hemos hecho unos 300 y pico, pero que del punto de partida al de fin hay, en línea recta, unos 100.
En línea recta.
Craso error.
(Disfruten del viaje)
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