jueves, 21 de julio de 2011

[En MUY diferido] A 200 metros, ha llegado a su destino

Siento no haber podido subir esto antes, qué le vamos a hacer... Creo que de ahora en adelante la cosa sólo irá a mejor, y como ya he dicho aún queda viaje, pues tenemos que volver rodando hasta Kunming. Pero sin más rodeos, recapitulemos:

Salimos de Chumphon (o Chum Porn, según quien lo transcriba) con la firme intención de no parar ni a mear hasta llegar al puerto de Don Sak. Por la noche había recibido la noticia de que no teníamos que ir a Koh Samui sino a Koh Panghan, que está al lado, sólo un poco más al norte. Así que seguimos en nuestro ritmo machaca y en un pis-pas estábamos en Surat Thani, la ciudad desde donde conecta todo con las islas. Sin embargo el puerto no está nada cerca, sino a 60 km de allí. En el hotel un tipo belga nos había contado que la carretera era malísima, llena de agujeros, pero como bien imaginamos era un pijazo que jamás hubiera hecho la mitad de nuestra ruta, y nos encontramos en una autopista de carriles desmesuradamente grandes y arcenes como carriles enteros, sin tráfico alguno. Cantando una versión de Fraggle Rock que decía "para disfrutar, ven a koh panghan!" aquella carretera fue desapareciendo totalmente del mapa, devorada a ritmo de tonterías que le iba gritando a cada moto que pasábamos.

De repente, sin avisar, sin ninguna señal de "estás llegando", al torcer una curva, allí estaba el puerto. Como si el Tomtom nos lo cantara, "a 200 metros, ha llegado a su destino". Yo pensaba en la versión madrileño-chulapa de Celia: "A 100 metros: aparta la valla y aparca, ¡hemos llegao!"

Parecía increíble que estuvieramos ya en Don Sak. Ante nosotros los ferrys, y el mar infinito. Y esa sensación de coitus interruptus, de "¡¿Cómo que ya?!" que nos empujaba a seguir hasta Kuala Lumpur. Pero no, el ferry estaba ahí esperándonos para llevarnos al paraíso de las islas.

6000 kilómetros de ruta, y todo acababa en un puerto, sin más ni más. Es una mezcla extraña de sensaciones enfrentadas entre realización y frustración de haberlo conseguido pero de haberse acabado así, de repente. Pero no había tiempo para pensar, pues el ferry estaba listo para partir.

[caption id="attachment_478" align="aligncenter" width="490" caption="¡Aspas! La orden estuvo en Koh Panghan"]En el ferryEsperando al ferry

¡Aspas! La orden estuvo en Koh Panghan[/caption]

[caption id="attachment_480" align="aligncenter" width="490" caption="Mauro en el ferry al que las bolsas cubre-depósito se pegaban todo el rato"]Mauro en el ferry al que las bolsas cubre-depósito se pegaban todo el rato[/caption]

[caption id="attachment_481" align="aligncenter" width="490" caption="La sombra del guerrero es alargada"]La sombra del guerrero es alargada[/caption]

El paraíso resultó ser mucho más difícil de lo que parecía en un principio. Primero la carretera subía y bajaba como una loca por pendientes del 20%. Así, como lo oyes. En primera y tirando de embrague y con carrerilla, si no, no había cojones a subir. Y las bajadas igual, en segunda como mucho para retener y no quemar los frenos. Para colmo, superado esto, descubrimos que el hotel donde nuestros colegas estaban queda en la parte más remota de la isla donde no hay carreteras que vayan. La noche había caído sobre nosotros y ya no había forma de llegar allí más que en barco-taxis que no podían subir las motos. Habíamos superado 6000 km de dificultades, pero los últimos 500 metros eran infanqueables.

Venciendo a la desesperación tiramos las motos en el garage de un hotel y nos hicimos con los servicios barcotaxiles, no sin antes pasar a comprobar de qué va la tan famosa "moon party" de Koh Panghan: básicamente hordas y hordas de peña borracha hasta las tetas con camisetas fosforitas.

El resto de la historia tendrá que esperar (más que nada porque me quedo sin batería), pero como adelanto os dejo la primera estampa desde el paraíso:

[caption id="attachment_482" align="aligncenter" width="490" caption="Atardeciendo en el paraíso"]Atardeciendo en el paraíso[/caption]

 

Disfruten del viaje.

No hay comentarios:

Publicar un comentario