El día tonto

Disclaimer: empecé a escribir esto ayer y me quedé dormido. Así que este relato corresponde a la etapa 4 de ayer, martes.

Siempre pasa que hay un día que se te levanta tonto por alguna razón y ea, tonto te sale.

Esta mañana decidimos ignorar a papi gúgel cuando el maps nos decía: "que no niños que por esa carretera no". Y nosotros que nones, ahí que nos lanzamos "es que es más corto". La madre que lo parió.

Acabamos en una carretera a medio hacer, con tramos cementados y tramos empedrados y llenos de agujeros. Cuando llevábamos la mitad del tramo que iba por esa carretera, de repente se empezó a poner peor y peor, con socavones tan grandes como para meter un caballo. Y cuanto más pensábamos "al menos no puede ir peor", peor se ponía la cosa. Al final terminamos en una caravana de camiones que pasaban cual elefantes entre los socabrones, llenándolos de una mezcla asquerosa de aceite, gasoil y refrigerante de frenos que se hacía masa al mezclar con la arena y el polvo de cemento de la "carretera".

Cuando por fin conseguimos llegar a una salida de aquel pozo de mierda nuestra única alternativa era dar un pirulo del copón lo puedes ver en el mapa de la etapa) para volver a donde gúguel decía desde un principio. Moraleja: si se le llama "el más listo de la clase" por algo será.

Luego cual novato melón se me ocurre dejar el casco en el sillín mientras me bebo una cocacola y ¡Zas!, casco rodando por el suelo (ver "en vivo")

Como se ve que no tenía suficiente, en la autopista reduzco a cuarta en un repecho, y al ir a volver a quinta ¡No se me ocurre nada mejor que darle a la palanca para abajo! De repente se me había olvidado para dónde van las marchas.

Decidimos parar a tomar un café (o redbull, en su defecto) ¡Y VOY Y ME TAJO CON LA LENGÜETA DE LA LATA!

Pero no se vayan todavía, ¡aún hay más! Mauro se quedó sin gasolina, dimos 200 vueltas para salir de Guilín (esas vueltas raras al final de la etapa)... en fin, día tonto.

Tan tonto era el día que al final nos marcamos casi 700km en la etapa más larga del viaje.

Todo tiene su truco, claro, y es que al dar tanto pirulo mañanero decidimos tirar por autopista. Nos hemos vuelto unos hachas en saltarnos los peajes.

Pero eso amigos, es otra historia...